"ÉL NO TE MERECE"

Mensaje al whatsapp: “Cariño…he pensado que lo mejor es que lo dejemos. Te mereces algo mejor que yo.” (nótese que pongo siempre whatsapp porque ahora las cosas se han modernizado. Las peleas también son por whatsapp. Y ocurre que “los te dejo” también.)
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SI. TE HA DEJADO.


-    MOMENTO DE PENA TOTAL      -


Empieza tu “yo interior”  a hablarte: “intenta mantener el tipo. No llores. Relájate. Shhh…
En el momento en el que has leído eso, tú ya estás abriendo un chat “a cinco” con tus cinco mejores amigas.
Ahora viene el momento “amistad total” : insultos a la especie masculina, “los tíos son así”, “tú eres muy guapa”, “él no te merece” (frase de amiga muy socorrida), recitan la lista de seguidores que van detrás de ti. Cuando, a ti, en este momento, te está dando igual quien vaya detrás, quién te quiera y demás. TÚ LO QUIERES A ÉL. Y EL TE HA DEJADO.


Tenemos la opción del “me pongo digna”, “yo lo voy a superar”, te intentas hacer la dura, porque tú llevas leyendo la “Superpop”, “La Bravo” y la “Nueva vale” desde que el mundo es mundo. Te has estado leyendo los reportajes de “como hacer que él te haga caso”, “como seducirle”, etc. Esos reportajes que nos metieron en vena en nuestra adolescencia y…no han servido para nada…TE HA DEJADO.


En fin, continuamos en nuestra conversación a cinco. Tus amigas, como buenas amigas que son, empiezan a organizarte una fiesta para celebrar tu “solterismo”. Es un ritual. No falla. A ti te deja tu novio, a una amiga tuya la deja el suyo y ¿qué se hace? SALIR. No queda otra. Da igual que esté cayendo el diluvio, que esté tronando, nevando. Se sale. Por una amiga se hace eso. Es así, nos lo enseñaron también en los test de la superpop sobre amistad.


En las pelis americanas suelen quedarse en casa, comiendo una gran tarrina de helado de chocolate de un kilo, pero, ni aquí tenemos esas tarrinas, ni nos vamos a quedar en casa deprimidas. Aquí una está deprimida, pero se sale.


Y ¿por qué se sale?. Fácil. Verás, rectifico. Se sale y CON UNA CÁMARA DE FOTOS. Si. Esto es así, una salida sin cámara de fotos no es nada. Antes, las fotos eran simplemente fotos, un recuerdo que revelar, poner en el corcho y demás. Ahora son un arma de destrucción masiva.


Tú estás deprimida, has llorado como la que más, has intentado ver el porqué te ha dejado…blablablá. Pero son las ocho y ya te estás duchándo. Poniéndote la bolsita de los ojos para bajarte el hinchazón de tanto lloro, te has echado tu mascarilla, crema para la cara, crema para el cuerpo ( reafirmante por supuesto), te has echado el sérum, el maquillaje, los polvos, el colorete, el rímel , los milquinientos productos que te sueles echar normalmente, te has llevado dos horas arreglándote el pelo, tus amigas han sometido a votación el vestido que te vas a poner, porque sí. Va a ser un vestidazo. A ti, poquito te apetece, pero lo haces. Sabes que en ese momento mandan ellas, a ti te tocará el turno de mandar cuando las dejen sus novios.


En fin, eres la diosa. Os vais a cenar, con vino, por supuesto. En su justa medida, vaya a ser que el vino haga el efecto contrario y se lie.


Tus amigas han preparado la logística. Vais a “darlo todo” esa noche. Y todo, por supuesto, twitteado, retwitteado y explicado perfectamente en todas las redes sociales, con fotos incluidas. Fotos en las que se ve perfectamente tu pedazo de vestido, lo guapa que vas y lo que se ha perdido tu ex, porque, que quede claro que : tú no estás llorando por él todo el día y amargada todo el día. ¡No por Dios!


Y lo dais todo. Y se te acercan esa noche TODOS. Porque ellos lo huelen. Huelen a la presa recién abandonada. Saben que estás baja de ánimos y lo van a intentar. Hay muchos “atrapa recién dejadas” (chicos que siempre están ahí para consolarte en el momento justo y entre agradecimiento y agradecimiento…zas…!).


Hay un momento de subidón en el que te haces la digna y la que va a ligar con todos,  te haces fotos y demás, pero llega ese momento en el que hay que irse. Así que vas, en el mejor de los casos sin las medias rotas, hacia tu casa, llegas a duras penas. Te desmaquillas. Ahí ya te quedas sola ante el espejo, pensando si con esa cara que llevas te has paseado por media ciudad. Te pones el pijama y te vas a la cama. Son las 8.


Te duermes. Abres los ojos…


Domingo. Una de la tarde. La resaca de tu vida. En pijama. Con un moño mal hecho. La cara de no haber dormido en una semana . Y sola.
Bienvenida a la realidad querida, ya no están tus amigas, estás tú contigo misma. La única persona que puede hacer que superes tu nueva situación…


Y por favor, no te martirices con canciones de pena y de amor…eso ya lo hemos hecho en la adolescencia …